De verdades, mentiras y paradas intermedias
Si se han percatado, desde los preámbulos de la guerra de Irak hasta la fecha, en diversos foros se ha cuestionado el carácter de veraz o de falaz de los argumentos que se dieron para iniciar dicha guerra. Yo participé en ese debate en un foro de discusión, y me sorprendió ver cómo todos defendíamos nuestro punto de vista como si se tratase de la verdad absoluta, sin detenernos a pensar que sólo practicábamos un ejercicio de opinión y de percepción, pues, en la realidad formal, ninguno tenía los elementos suficientes para demostrar la veracidad absoluta de su dicho. Esto me llevó a analizar qué es la verdad y qué la mentira.
Bueno, en esencia, una verdad es un argumento que se considera cierto, y la mentira es justo lo contrario. Sin embargo, ¿qué pasa cuando a un argumento se le añaden una intención y/o un contexto histórico? Resulta que la verdad y la mentira se mezclan, dando unas combinaciones que parecerán absurdas pero que en la realidad son altamente congruentes. A continuación, un esquema de algunas de ellas.
Verdades verdaderas: son aquellos argumentos que son considerados ciertos y que puede demostrarse que son ciertos. Un ejemplo muy claro es que toda flama se apaga cuando se acaba el combustible que la alimenta (por ello me maravilla que haya una cofradía llamada celadoras de la vela perpetua, y más me maravillaría saber con qué cera hicieron esa vela).
Verdades falsas: son aquellos argumentos que son considerados ciertos y que puede demostrarse que son falsos. Un ejemplo muy claro es la antigua creencia de que la Tierra era plana. Si bien durante mucho tiempo esto fue una verdad, ahora es una falsedad. Me encantará saber qué verdades actuales serán demostradas como falsas en el futuro, pero me desagrada saber que conoceré muy pocas.
Falsas verdades: son aquellos argumentos que se consideran como ciertos aun cuando se sabe que son falsos. Un ejemplo muy claro es la idea de la superioridad racial que manejan los neo-nazis. ¿Ya se les olvidó el coraje que hizo Hitler cuando, en la olimpiada de Berlín, un atleta estadounidense de raza negra venció a los teutones?
Falsas mentiras: son aquellos argumentos que son considerados falsos aun cuando se sabe que son ciertos. Un ejemplo muy claro es la negación de la evolución de los seres vivos. Hemos comprobado que el ser humano ha evolucionado física y mentalmente desde la época mesopotámica, pero aún hay quien niega que los seres vivos evolucionen (ojo: no estoy insinuando que descendamos del mono, porque los monos me mentarían la madre por ojete).
Mentiras verdaderas: son aquellos argumentos que son considerados falsos y que se puede demostrar que son falsos. Un ejemplo muy claro es que este blog no es una futilidad.
Incertidumbre: son aquellos argumentos que no pueden ser calificados plenamente de verdaderos o falsos. Un ejemplo muy claro es que The Beatles son el mejor grupo de rock. Emerson, Lake & Palmer son diez veces mejores ejecutantes; Pink Floyd son diez veces mejores compositores y, sin embargo, The Beatles hallaron un sonido que le gusta a cualquiera, por lo que queda la duda de quién resultó mejor (cabe aclarar que yo prefiero a The Rolling Stones). Santo Tomás dijo que un buey voló; como puede que sí, puede que no.
Así, ¿en qué categoría califica usted los argumentos de Bush? No tenga miedo de equivocarse, no existe la verdad absoluta, y esto es absolutamente cierto.
Si se han percatado, desde los preámbulos de la guerra de Irak hasta la fecha, en diversos foros se ha cuestionado el carácter de veraz o de falaz de los argumentos que se dieron para iniciar dicha guerra. Yo participé en ese debate en un foro de discusión, y me sorprendió ver cómo todos defendíamos nuestro punto de vista como si se tratase de la verdad absoluta, sin detenernos a pensar que sólo practicábamos un ejercicio de opinión y de percepción, pues, en la realidad formal, ninguno tenía los elementos suficientes para demostrar la veracidad absoluta de su dicho. Esto me llevó a analizar qué es la verdad y qué la mentira.
Bueno, en esencia, una verdad es un argumento que se considera cierto, y la mentira es justo lo contrario. Sin embargo, ¿qué pasa cuando a un argumento se le añaden una intención y/o un contexto histórico? Resulta que la verdad y la mentira se mezclan, dando unas combinaciones que parecerán absurdas pero que en la realidad son altamente congruentes. A continuación, un esquema de algunas de ellas.
Verdades verdaderas: son aquellos argumentos que son considerados ciertos y que puede demostrarse que son ciertos. Un ejemplo muy claro es que toda flama se apaga cuando se acaba el combustible que la alimenta (por ello me maravilla que haya una cofradía llamada celadoras de la vela perpetua, y más me maravillaría saber con qué cera hicieron esa vela).
Verdades falsas: son aquellos argumentos que son considerados ciertos y que puede demostrarse que son falsos. Un ejemplo muy claro es la antigua creencia de que la Tierra era plana. Si bien durante mucho tiempo esto fue una verdad, ahora es una falsedad. Me encantará saber qué verdades actuales serán demostradas como falsas en el futuro, pero me desagrada saber que conoceré muy pocas.
Falsas verdades: son aquellos argumentos que se consideran como ciertos aun cuando se sabe que son falsos. Un ejemplo muy claro es la idea de la superioridad racial que manejan los neo-nazis. ¿Ya se les olvidó el coraje que hizo Hitler cuando, en la olimpiada de Berlín, un atleta estadounidense de raza negra venció a los teutones?
Falsas mentiras: son aquellos argumentos que son considerados falsos aun cuando se sabe que son ciertos. Un ejemplo muy claro es la negación de la evolución de los seres vivos. Hemos comprobado que el ser humano ha evolucionado física y mentalmente desde la época mesopotámica, pero aún hay quien niega que los seres vivos evolucionen (ojo: no estoy insinuando que descendamos del mono, porque los monos me mentarían la madre por ojete).
Mentiras verdaderas: son aquellos argumentos que son considerados falsos y que se puede demostrar que son falsos. Un ejemplo muy claro es que este blog no es una futilidad.
Incertidumbre: son aquellos argumentos que no pueden ser calificados plenamente de verdaderos o falsos. Un ejemplo muy claro es que The Beatles son el mejor grupo de rock. Emerson, Lake & Palmer son diez veces mejores ejecutantes; Pink Floyd son diez veces mejores compositores y, sin embargo, The Beatles hallaron un sonido que le gusta a cualquiera, por lo que queda la duda de quién resultó mejor (cabe aclarar que yo prefiero a The Rolling Stones). Santo Tomás dijo que un buey voló; como puede que sí, puede que no.
Así, ¿en qué categoría califica usted los argumentos de Bush? No tenga miedo de equivocarse, no existe la verdad absoluta, y esto es absolutamente cierto.
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